La orden franciscana es la primera que se instala en Utrera, extramuros del núcleo urbano. De su iglesia, de la que se sabe poseyó un magnífico artesonado, nada ha sobrevivido; ruinosa ya en el siglo XVIII, los monjes se trasladaron al desocupado convento de los jesuitas, en la plaza del Altozano.
Grabado del antiguo Convento de San Francisco El Viejo dibujado por Diego Neyra